Hemos hablado muchas veces sobre por qué deberías contratar a un fotógrafo de bodas profesional, por qué es tan importante y por qué deberías maximizar tu presupuesto, pero pocas veces se habla de los errores con las fotografías de boda.
Cuando se trata del día de tu boda, solo hay una cosa que no verás hasta que termine el enlace: las fotos. Todo lo demás lo habrás visto, planeado y reservado: el lugar de la boda, las flores, el vestido, la música, la decoración… Pero con las fotos, el resultado no lo verás hasta unas semanas después.
Sin embargo, todavía hay algunos errores que se siguen cometiendo cuando se trata de la fotografía de boda, por lo que hemos reunido 5 errores comunes que queremos compartir contigo.
Menospreciar la importancia de la fotografía
Uno de los primeros errores en las fotografías de boda y el primer arrepentimiento, lamentablemente, algo común, es no contratar a un fotógrafo de bodas profesional. Las bodas no son baratas y todo puede parecer caro. A veces las parejas deciden no contratar a un profesional y que sea un familiar o amigo aficionado a la fotografía quien registre el día. Cuando ves el resultado llega el arrepentimiento de no haber contado con un equipo profesional.
Al final del día todo pasa y lo que queda son los recuerdos, ¿qué mejor manera de conservarlos para poder enseñarlo a familiares y amigos a través de imágenes?
No dejes de lado la elección correcta y contrata a un fotógrafo de bodas profesional. Cuenta con la ayuda de alguien que sabe lo que está haciendo y tenga años de experiencia, será una de las mejores inversiones que harás. No te arrepientas.
No fotografiar el día completo
Contratar al fotógrafo sólo para una parte de la boda para reducir costes es otro de los grandes errores. Os podemos decir por experiencia, que algunos de los momentos que más gusta descubrir a los novios son los capturados durante las sesiones de preparación, durante la cena y la fiesta.
Ver como tu pareja se ha preparado, ver a los amigos y familiares previos al enlace, compartir una copa de vino y descubrir una sesión de fotos llena de emociones, sentimientos, nervios…
Después de la ceremonia es el momento de relajarse, de disfrutar juntos y es aquí donde se capturan algunas de las fotos más divertidas. Las fotos de tus familiares y amigos disfrutando del día que lleváis preparando durante mucho tiempo… Esas son la verdadera esencia de las fotografías de bodas.
No conocer al fotógrafo de bodas antes del enlace
Al contratar a un fotógrafo de bodas, es importante conocerlo. Su trabajo puede ser increíble, sin embargo, si no hay conexión entre la pareja y el equipo que estará presente el día de la boda, no os sentiréis cómodos ni naturales. Es importante hablar previamente sobre cómo queréis que sea vuestro reportaje de bodas.
A nosotros nos gusta conoceros, ver la conexión con la pareja y aportarnos mutuamente ideas para que el resultado sea el mejor. Es importante que el día de la boda pasemos inadvertidos, que os sintáis cómodos y eso solo se consigue si previamente nos hemos conocido.
Dejar la reserva para última hora
Si ya has establecido el presupuesto para las fotos y lo has maximizado para conseguir al mejor fotógrafo de bodas que puedas tener… ¿a qué esperas para contactar y hacer la reserva? Este es otro de los grandes errores con las fotografías de boda. Si lo dejas para última hora puedes encontrarte con que el fotógrafo elegido ya tenga ocupada la agenda y el día de tu boda no esté disponible.
Al igual que con el lugar de celebración, tan pronto como se confirme la fecha, debes reservar a tu fotógrafo. Los mejores fotógrafos de bodas aceptan reservas con hasta 2 años de anticipación, así que no espere un par de meses antes de tu gran día y te encuentres una decepción.
No tener una sesión Preboda
Si bien se relaciona un poco con el punto del que hemos hablado antes, las parejas a veces se arrepienten de no tener una sesión Prebodas. Una de las grandes ventajas de hacer estas sesiones fotográficas es que sirven de primer encuentro entre vosotros y nosotros, el equipo que hará vuestro reportaje. Sirve para aprender a sentirse cómodos con la cámara, a relajarse y por supuesto, es una sesión donde empezamos a contar vuestra historia.
Si tenéis dudas, os invitamos a que echéis un vistazo a este post para elegir vuestra sesión Prebodas.